Pablo Vidal: “Pienso la producción como si fuera a pintar un gran paisaje”



A mediados de año, las márgenes del Tigre vieron llegar a Nancy y Julio, un simple de dos canciones -“Nancy” y “Julio”, respectivamente- que se basaba en una historia de amor frustrada para reconstruir un mundo no-tan-fantasioso de catamaranes, plantas inmensas y muelles destartalados a través del lamento de dos cartas ficticias pero absolutamente verosímiles. Ambas canciones -conectadas íntimamente por su temática- mostraban, además, una estética muy particular que incluía arreglos de vientos, cuerdas, voces varias y la influencia implícita del pop de cámara de Brian Wilson y Paul McCartney, entre otros. El disco estaba firmado por Pels pero ya desde la tapa se dejaba asentada la participación de Pablo Vidal, productor artístico, arreglador e ideólogo del universo musical que funcionaba como puesta en escena de ese lamento epistolar.
Meses más tarde, el día de la primavera fue la hora fijada para la aparición pública de América, cuarto y último LP de La Perla Irregular. Al igual que Nancy y Julio, el disco está sostenido en el ingenio y la capacidad imaginativa del joven pero experimentado Vidal. Él es, de hecho, La Perla Irregular en carne propia. Su visión es la responsable detrás de la catarata de arreglos y orquestaciones que convierten a las quince canciones del álbum en una aventura barroca y arriesgada; fuera de los cánones de la industria y, al mismo tiempo, con la capacidad de condensar y repensar medio siglo de música (y cultura) pop desde una óptica absolutamente personal y heterodoxa.
Pero, después de todo, ¿qué tiene para decir el propio Pablo sobre estos dos discos y sobre su forma de entender y ejecutar una función tan particular como la del productor artístico/arreglador/gurú estético?


- Nancy y Julio, de los Pels, y América, de La Perla Irregular, comparten algunos presupuestos estéticos en relación a la instrumentación, los arreglos, los matices en la mezcla, etc. ¿Cómo definirías esa forma de plantear la producción artística de un conjunto de canciones?
Es difícil trasladarlo a palabras porque de la forma en que esos dos discos fueron construidos, es la forma en la que yo concibo la música hoy, y al ser algo tan presente me cuesta explicarlo  con algún tipo de objetividad (recién cuando pase un tiempo y a la distancia, quizás pueda traducirlo). Es lo que me sale, lo que puedo, lo que quiero. Pero si hago un esfuerzo, te puedo decir que la producción la pienso como si fuera a pintar un gran paisaje, con mucha profundidad, donde hay espacio para miles de detalles y colores. Cada instrumento es un color; cada timbre, un rayo de luz. Los silencios son sombras (necesarias por su acción): a veces aparecen sonidos fuera de toda perspectiva, otras tantas se acomodan en un plano lógico (según nuestro horizonte pop de expectativas). Hay rincones donde la forma se torna más abstracta y otros en donde pareciera ser realista y hasta Dios es una cámara.

- Teniendo en cuenta que uno es un disco tuyo y el otro no, ¿cómo fue, en cada caso, la manera de trabajar sobre las canciones?
Muy parecido porque, en el caso de los Pels, me metí tanto en las canciones que las adopté y sentí como si yo mismo las hubiera compuesto. Fue una construcción ladrillo por (donde el) ladrillo. Instrumento por instrumento, trozo a trozo, trazo a trazo. Definiendo cada arreglo y grabándolo por separado, manteniendo siempre en mi mente la imagen y el sonido global del tema, la partitura de la canción; anticipándome a los espacios para que los distintos instrumentos y arreglos canten, dialoguen entre sí, se contesten, se repitan, redunden y se contradigan.

- En ambos discos, los vientos, los distintos sonidos de teclados y las cuerdas son elementos que aparecen constantemente y es notoria la forma en la que están utilizados. ¿Cómo llegaste a trabajar con tanta profundidad y soltura con ese tipo de timbres y materiales?
¡Gracias por el cumplido! Desde el primer disco de La Perla vengo usando estos instrumentos y en cada disco creo descubrir una nueva forma para sacarles mejor provecho. Todo lo que hago viene determinado por las experiencias previas, y la suerte, y el riesgo. Y así voy.

- ¿Qué cosas (musicales o no) te inspiran o te influyen a la hora de trabajar como arreglador y/o productor? ¿Buscás respuestas en otros discos o tratás de enfocarte en algo más intuitivo?
Me gustan e inspiran los discos o grupos que tienen una búsqueda estética definida y genuina; y la defienden a muerte. Cosas como Motown o Phil Spector, que a través de sus producciones podés ver cómo desarrollan su estilo, lo pulen y, en el mejor de los casos, lo niegan. Y en general, visito a todas las artes (cine, literatura sobretodo) y por suerte siempre me ofrecen algo para reinterpretar en Música.

- En relación a las orquestaciones y a las distintas capas melódicas con las que trabajás, ¿cómo te organizás frente a esa cantidad de información?
Será por la costumbre de los discos anteriores o por haber estudiado música clásica (donde ponés a prueba tu memoria y tu percepción), que esas cosas no me marean, de hecho no creo que sea tanta información. En el mientras tanto de “hacer un disco”, tengo como una especie de mezcladora mental y divido los timbres y las frecuencias en grupos: las cuerdas, los vientos, las guitarras, el bajo, la batería, los coros, etcétera. Voy jerarquizando arreglos y capas. Después trato de escuchar toda la canción que ya forma una única cosa indivisible. Me voy a dormir pensando en eso, y cuando me despierto trato de recordar el sueño, a ver si alguna idea, aprovechando la conciencia atontada, decide escaparse.

- Teniendo un estilo tan particular y distintivo como productor y siendo a la vez tan joven, ¿cómo comunicás tus ideas cuando trabajas con una banda que no es la tuya? ¿Estás abierto a sugerencias y propuestas de los músicos o preferís seguir un lineamiento propio?
Principalmente, tocando. Que es la mejor manera de comunicarte con otro músico. Ya sea con el bajista, el guitarrista, o tocando en el piano las líneas de voces que hay q grabar para los coros. O cantando fills de batería. Pero el tema de las decisiones y la construcción a emprender depende mucho del trabajo y lo que se plantee desde un principio con la banda: estoy súper abierto a todas las ideas. No obstante, creo que, al momento, cada vez que me solicitaron para colaborar (que no fueron muchas) estaban esperando más mi visión y perspectiva. Buscaban algo que quizás ya había plasmado con La Perla, pero pretendiendo que pudiera ser reelaborado para ese aquí y ahora.

- América es un nombre suntuoso, grandilocuente. Sin embargo, tanto desde los arreglos como desde la tapa hay una apuesta barroca y heterogénea que pareciera jugar con eso. ¿A qué se debe la elección de ese título?
Justamente, América es el barroco en su máximo esplendor, desde la óptica de La Perla Irregular. Es el disco que completa el círculo que empezó a trazarse con el primer disco. Es la síntesis y la condensación de toda la propuesta musical, poética (y, si se quiere, filosófica). La exageración y el desborde del tiempo y el espacio de La Perla, nuestros sentimientos al límite en un caos organizado, sin centro, con los excluidos adentro. Un espejo de nuestra forma de estar en el mundo, tomando y devorando lo de afuera, mezclándolo, volviéndolo criollo, conflictuándolo. Todo en pugna, en el ring.


- En las letras se mezclan -entre otras cosas- referencias a una naturaleza de fantasía, frases certeras que parecen aforismos y, al mismo tiempo, una sensación de ambigüedad permanente. ¿Qué temas te gusta plantear desde la lírica? ¿Qué literatura te marca a la hora de escribir?
Para este disco todas las letras se escribieron en simultáneo (excepto “Exviento” y “El aprendiz de brujo”), formando un todo muy homogéneo. Desplegué en una mesa todas las hojas, ideas, y escribía a veces saltando de una a la otra, cantando e imaginando. Traté de desarrollar el concepto de América como lo barroco, en todos los temas, aunque todos traten diferentes historias y puntos de vista. En este disco además me fueron de inspiración crucial los libros de Margas (Nueve cuentos de Salinger, La náusea de Sartre, City de Baricco, Historia Argentina de Fresán) y los melodramas de la época de oro del cine argentino y mexicano. Por otra parte, me gustaría decir que traté de jugar con las tonalidades, usando un poco de ironía que es algo que no había desarrollado mucho, antes.

- En Rafael pueden encontrarse ciertas ideas que parecen haber sido explotadas al máximo en América y, al mismo tiempo, pueden marcarse distancias importantes entre ambos discos. Incluso, hay una referencia explícita al álbum anterior. ¿Cómo ves vos esa relación? ¿Es algo que pensaste o se dio naturalmente después de haber terminado el último disco?
Para mí todos los discos de La Perla, forman entre sí un gran álbum, y por eso conviven en ellos múltiples intertextualidades: hay citas entre los temas, anticipos, plagios descarados, nuevos capítulos, llamadas de atención y repreguntas. Veo muy natural que estén entrelazados, linkeados entre sí. Mi mayor aspiración es que cuando llegue al final de esta vuelta, los que me escuchen puedan percibir y leer mis discos como un único disco, y a las letras que escribí, como una única poesía. Un todo.

- Si bien hay un estilo marcado desde la producción, las canciones de América remiten a mundos tan distintos como la psicodelia beatle, el blues eléctrico, el primer rock argentino o el sonido de Motown. ¿Qué reflexión hacés de esa mixtura? ¿Trabajaste con alguna idea previa en relación a la composición?
Es probable que salgan a la superficie esas imágenes, aunque muchas veces que ellas estén ahí, es azaroso realmente. En este disco la principal influencia es la Cultura Pop, desde Michael Jackson a Libertad Lamarque, pasando por Luis Alberto del Paraná y los Paraguayos a The Left Banke o Toscano y su Orquesta. Compuse totalmente sin preconceptos, vomitando las melodías y armonías de un tirón, queriendo retomar un poco el modo de composición que usaba cuando empecé a componer, siendo adolescente. Sin repensar nada, respetando la pulsión. Pero a diferencia de otros discos, y a pesar de tener los títulos y las temáticas ya definidas de entrada, la escritura de las letras recién sucedió una vez que ya se había grabado casi todo el disco (incluyendo los arreglos de orquesta).

- Tanto Nancy y Julio como América son proyectos abiertamente pop pero que, en principio, se alejan del modelo“estrofa-estribillo”. ¿Cómo pensás los límites y las posibilidades del formato canción? ¿Qué otros caminos posibles quedan por explorar?
La canción es una gran mentira. Hoy ya nadie sabe lo que es y el que dice que sí, miente. A esta altura la canción está vaciada de sentido, licuada, pero seguimos nombrándola y llamándola porque hacerlo nos da cierta seguridad, una especie de certeza que, en realidad, es un espejismo. La transitamos pero ¿nos gusta porque la conocemos? ¿Realmente la conocemos? Yo creo que somos cobardes. La canción como forma de discurso, si se quiere, tiene los límites que la convención Pop quiera marcar… En ese sentido, mi objetivo  (autoimpuesto) como compositor es tratar de correr la frontera, el linde, siempre unos pasitos más hacia afuera.

- ¿Qué opinión tenés de la actualidad de la música independiente en Argentina? ¿Te sentís parte de algún movimiento o escena emergente?
Es un momento súper prolífico. Hay variedad, cantidad y calidad en abundancia. Tampoco hay filtro. Tengo muchísimos amigos con los que compartimos gustos, las ganas y la acción, nosotros los monos, somos muchos compañeros de ruta, pero no siento que La Perla forme parte de un movimiento estético común.

- ¿Qué discos y productores tenés como referencia?
Antes podría haberte nombrado un montón de grupos y productores referentes, discos clásicos. Pero hoy ya no puedo. Te mentiría si lo hiciera. Hoy me despojo. Soy exviento. Ahora ya sólo me quedan las melodías que rebotan en mi cabeza, y que de vez en cuando se unen y se transforman en imágenes, que me piden pista.

- ¿A qué músico/s te gustaría producir y a quién invitarías a trabajar en un disco tuyo?
Me encantaría producir al incomparable Pity Álvarez. E invitaría a cantar, sin dudas, a Vicentico, para mí uno de los mejores cantantes de nuestra hora.

3 comentarios:

dijo...

A punto caramelo!

santiago segura dijo...

Excelente lo de Pablo, quizá el tipo más creativo de los últimos años en el under. Muy bonito también el simple de PELS. (Tengo a los dos en carpeta para mis próximas escrituras).

Y grosa la nota, ¡con una respuesta final bastante sorpresiva!

pai dijo...

gracias queridos! oda infinita al buen Pablo y sus respuestas!