La voz de Morrisey me contagió unas inesperadas ganas de escribir, algo, cualquier cosa, pero escribir un par de líneas, al menos como para despejarme.
Hace unos días subí en mi fotolog la letra de There is a light that never goes out (The Smiths) y me sorprendí una vez más ante la belleza de lo trágico, la simpleza del dolor y el deseo inapropiado. Podría decir que me conmoví pero (en verdad) no soy digno de una sensibilidad superior y omnipotente, no, sólo disfruto de distintos grados de expresión estética o manifestación sensible, sólo eso, y así está bien.
Finalmente, caí en la cuenta de que, en realidad, son otras las cosas que pueden confabular en contra de mis emociones calculadas. Son gestos, son actitudes (en un sentido ampliamente bipolar), son muestras de lo que verdaderamente es una persona las que me hacen actuar de manera instintiva y escasamente calculada.
Son esas personas, esos gestos y esas actitudes las que al final terminan construyendo el paisaje que rodea aquellas caminatas diarias que empredemos a través de nuestros propios sentidos.
Mejor así.
3 comentarios:
yo siempre que pienso en morrisey para mi es el típico tío copado de la familia. el soltero que siempre es piola con los sobrinos, se hace el langa (?) y pumba! resulta que es puto.
no sé, siempre pensé así.
y robert smith es el tío zarpado en forro que no se banca una (?), y que nunca le hablás porque siempre tiene cara de ogt y de que se va a matar.
después si querés te tiro otros perfiles psicológicos.
¿Sabrá tu novia que escuchamos Morrisey?
Jeje, me reí con el comentario de Laurita.
Las actitudes y gestos ajenos siempre nos provocan sencaciones y nos tiran la linea para actuar de determinada manera. En muchas ocaciones somos nosotros quienes mantenemos el perfil de acciones que se corresponden y le otorgamos al prójimo la posibilidad de jugar con nuestras impresiones. Pero a fin de cuentas es un ciclo, un juego constante que abarca la razón del actuar para tal o cual cosa.
Saludos, y repito, excelente blog.
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