Historia propia




Durante la última década, la música de Radiohead se ha convertido en uno de los bienes intangibles más preciados del mercado global de la cultura. ¿Cómo explicar, sino, la ciber-psicosis colectiva respecto a la salida de su octavo álbum? ¿Cómo entender ese diálogo interminable de miradas contrapuestas en busca de
la legítima interpretación? Evidentemente, la obra del grupo ha traspasado hace mucho los límites del lenguaje estrictamente musical y se ha convertido en un compuesto sin precedentes en el campo de la producción artística. Sin embargo, todavía parece difícil entender cómo detrás de ese metasujeto capaz de paralizar un determinado status quo y replantear las reglas de juego de manera diversa y divergente, sólo existen cinco personas haciendo música.

Quizás por eso, hablar de The King Of Limbs implique, necesariamente, abordar un capítulo especial de la historia reciente de la música contemporánea; es decir, aquel que tiene a Radiohead como protagonista. Si algo demuestra este nuevo disco es que la obra de la banda de Oxford intenta trazar un sendero propio, alejado de todo. De hecho, podría decirse que la historia misma del grupo es -por lo menos desde Ok Computer (1997) en adelante- una historia aislada de los vaivenes de las estéticas pasatistas, un desarrollo artístico centrado en sí mismo, autosuficiente. Aún así, son muchos los que olvidan este instinto autodeterminante y reducen la labor Radiohead a un intento perpetuo por desafiar ciertos tópicos y lugares comunes de un contexto particular que, paradójicamente, funciona como el único marco posible para entender la música del grupo.

Por eso, para evitar esa mirada unidimensional e intentar acceder a las entrañas de The King Of Limbs, este nuevo esfuerzo debe verse primero como un resultado más de esa construcción grupal única y después -y sólo después- como una diatriba respecto a las formas y a los formatos en los que se consume música en la actualidad. Lo que hay que entender es que detrás de la obra magnánima y grandilocuente, existen las personas y el vínculo estético que las reúne en torno a un conjunto de partituras e instrumentos. De esta manera, además de las implicancias macro y las incidencias a nivel global, la música de Radiohead necesita ser entendida como parte de un proceso creativo puntual; con grandes aciertos y también con algunos puntos débiles pero, fundamentalmente, con características particulares que lo convierten en algo único en su especie.

Precisamente, es esto lo que hace posible entender a The King Of Limbs como un diálogo implícito con lo hecho anteriormente por el grupo. Es sabido que, desde hace tiempo, la obra de Radiohead pelea inexorablemente contra su propia historia. Casos concretos: Hail To The Thief (2003) y el propio In Rainbows (2007) -probablemente uno de los mejores discos de la década pasada- tardaron en superar el estigma que implica la discografía anterior de la banda. Por eso, la clave esta vez reside en el hecho de que el grupo no se propuso hacer un álbum en sentido estricto, con un concepto detallado o un sonido definido de principio a fin. De hecho, The King Of Limbs no presenta una idea cerrada que favorezca alguna tipología de canción sobre otra. Se trata, en verdad, de una mezcla de las distintas facetas de Radiohead como banda en la que los detalles particulares y las pinceladas casi imperceptibles aparecen en todo su esplendor.

Así, en menos de cuarenta minutos de lo que parecen ser momentos dispersos, se pueden vislumbrar pequeñas secciones (“Bloom/“Mr. Magpie”/”Feral”, “Codex/”Give Up The Ghost” o, incluso por separado, “Little By Little”/”Lotus Flower”/”Separator”) que dan cuenta de la variedad de matices que se hacen presentes en el álbum. El predomino de las programaciones y el minimalismo de las líneas instrumentales, los ejercicios experimentales disfrazados, la sencillez de los arreglos orquestales y los momentos acústicos. Todo está presente de alguna u otra manera, como si cada pieza formara parte de una mirada reflexiva con intenciones de presente. El resultado: un conjunto heterodoxo de canciones que logra revisar y redefinir las diferentes formas de hacer música que ha sabido patentar Radiohead.

No obstante, lo que queda claro en la amplitud de terrenos que aborda The King Of Limbs es el oficio compositivo de la banda. Más allá de las diferencias de forma y concepto, aquello que se destaca en los distintos pasajes del álbum son los pequeños momentos que cobran notoriedad a través de la omisión y/o repetición de elementos. La austeridad de las guitarras, la elegancia del toque de Colin Greenwood (notas profundas, staccatos precisos, silencios prolongados a manera de contraste), la complejidad rítmica que se siente natural. Concretamente, los arreglos de guitarra en “Separator”, el vacío instrumental del estribillo de “Lotus Flower”, los vientos en “Codex”. Marcas distintivas presentes a lo largo de la historia del grupo. En definitiva, elecciones formales que dan cuenta de un saber construido en el tiempo y de una sensibilidad especial, desarrollada en conjunto.

Gracias a eso, The Kings Of Limbs es capaz de contar su propia historia dentro de la discografía de Radiohead. Si bien los rasgos de estilo y las características propias están presentes, no se trata de otro álbum de la banda. Es, más bien, una puerta abierta al corazón del grupo a partir de un ejercicio compositivo en función de un nuevo formato. Pero, además, en este puñado de canciones se pueden palpar las búsquedas y los intereses de cinco personas que, desde hace más de veinte años, comparten una determinada filosofía respecto a la música que piensan, hacen y deciden mostrar en público. Por eso, el mundo interno detrás de The King Of Limbs es tanto o más importante que su explosión hacia fuera. El vínculo entre las personas sigue siendo el motor de una música sin tiempo, con una historia propia.


Juan Manuel Pairone

9 comentarios:

Luis EnricKe dijo...

Sin duda alguna uno de las mejores reseñas que le ha tocado a este disco :D , y post contra post arrasa el tuyo con tra el mio, pero en fín asi se aprende de este negocio(aunque ni tanto negocio que no me pagan lo hago por gusto :D) Saludos,

Esteban F. dijo...

Me da miedo estar tan de acuerdo. Muy buena la review, creo que Radiohead es algo alejado de todo y comparte un lugar (creencias y gustos personales) con King Crimson. Son bandas que me da la sensación que sacan discos "desde el futuro", además pueden hacer cosas tanto mínimas como profusas, y siempre me parecen geniales.

Saludos,
Esteban.

Jordim dijo...

Radiohead nunca han querido superarse, siempre han querido renovarse. la novedad es que ellos sí lo consiguen ofreceiendo buenos trabajos.

Zega dijo...

Bella reseña de un hermoso disco.

Anónimo dijo...

acabo de leer la nota
y voy a sacar el disco de invisible para escuchar de vuelta el de radiohead
a mucha honra

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

me gustaría saber qué contiene ese paquete de newspapper album... que el disco retome al Radiohead de the gloaming y refiera mucho a the eraser me pone de lo más feliz, es mi Radiohead favorito, by the way, sabés algo de la supuesta segunda parte?



y about The Strokes, en realidad muero por oír tu análisis del tema... overhyped antes que nada, como todo por lo que se espera mucho tiempo. Valensi dijo que no le gustaba, la verdad es que tiene más del Pharzes for the Young de lo que a mi me gustaría, pero también tiene momentos bastante altos... le falta cierta mugre que se extraña, pero a veces compositivamente resulta bastante interesante (adiferenciadelsinglenuevodelosarcticsquemehizo
exclamarunWTFqescucharonhastamisvecinos)

pai dijo...

me hiciste reir MUCHO con tu comentario, sabelo

lala ~ dijo...

lograste algo increíble: que mañana apenas me levante vuelva a escuchar el disco.

(qué gracioso estar tan casada como para leer "El vínculo entre las personas sigue siendo el motor de una música sin tiempo, con una historia 'papá'")