Volumen uno




El debate sobre el componente de novedad en la música no es reciente. Desde hace tiempo, el valor de la música contemporánea está dado en parte por su sentido de novedad y, desde una postura más lineal, a partir de una idea de evolución -en sentido de progreso ad infinitum- que parece encontrar cada vez menos horizontes. Más allá de ese canon hegemónico de clasificación, todavía es posible encontrar la novedad asociada a lo musical pero de manera indirecta, es decir, a partir de lo que implica una forma distinta de entender la música en relación a cierta predominancia discursiva.

En este punto, el caso de The XX puede ser incluso paradigmático. Si bien la banda presenta una historia común por demás conocida -banda inglesa cuyo primer disco es reverenciado de manera casi cotidiana-, su música presenta claves que dan cuenta de una concepción musical alternativa, anclada en parámetros distintos al de muchos de sus contemporáneos. Por eso, vale la pena señalar el planteo de Marc Angenot, quien dice que “las ideas nuevas corren el riesgo de pasar desapercibidas porque son abordadas en un cuadro preconstruido que choca con lo que se presta a una lectura diferente”. Así, The XX debe leerse más allá de la intención tácita de reducir lo nuevo a lo previsible, a través de una búsqueda de la idea detrás de la música que evite los lugares comunes de la crítica.

Indudablemente, al buscar puntos de referencia para el sonido de la banda es necesario hacer un recorrido multigenérico. Desde el chillout al r&b pasando por referencias claras a Manchester, todo eso -sin aprensión alguna- parece formar parte de un único horizonte. No sorprende entonces que la síntesis resulte al menos extraña al acostumbrado prejuicio elaborado desde la no-experiencia. Lo que sí genera sorpresa es la lectura que realiza la banda sobre el volumen. Con un promedio de edad de veinte años, sería lógico que el disco debut de The XX suene fuerte, cargado de energía, incluso arrogante: adolescente. Sin embargo, nada suena más allá de lo estrictamente necesario. Casi no hay acordes de guitarra (si los hay, muy de fondo) y son muchos los momentos en que la instrumentación está a punto de desaparecer por completo. Todo en función del silencio como concepto matriz.

Concretamente, “VCR” es una muestra clara respecto de la sensibilidad de la banda a la hora de distribuir el sonido en el espacio. Base electrónica monolítica, teclado/pincel, guitarra cargada de reverb y bajo como sostén principal ocupan su lugar sin pretensiones de grandeza, logrando como resultado una reminiscencia ineludible a Jesus & Mary Chain desde un costado más despojado. “Crystalised” demuestra que lo anterior no es pura casualidad. La disposición en el espacio sigue siendo la misma sólo que esta vez las guitarras en staccatto -a la manera de Interpol- ganan el centro de atención. “Shelter” y “Heart Skipped A Beat” se sustentan en la suavidad de las melodías lineales que gobiernan el concepto del disco. “Basic Space”, “Islands”, “Fantasy”, el resto, cada una con su rasgo particular pero, en definitiva, todas canciones que obligan a pensar en un “y así sucesivamente…”

Quizás por eso sea necesario aclarar que la producción del disco está a cargo de sus propios intérpretes. No hay actores externos en lo que se transforma, entonces, en una construcción completamente propia (y arriesgada). Desde la introducción misma, el sonido de las guitarras y del bajo anuncia un clima general que tiene su continuación lógica a lo largo de las canciones. Esa es, sin dudas, una de las claves detrás del álbum. Más allá de las variantes, se percibe una sensación de unicidad -que no debe confundirse con homogeneidad- que subyace detrás de los momentos particulares. Se trata de una idea común sobre lo que se quiere decir a través de la música.

De esta manera, la madurez es la sensación predominante que comunica el disco. A través de los parlantes se escucha a una banda que sabe lo que quiere, como si hubieran recorrido un camino largo hasta encontrar un sonido acorde a sus intereses. No hay segundo que no esté utilizado en función de lo que la banda quiere mostrar. En relación a esto, las bases, disparadas desde una caja de ritmos y tocadas también en vivo, son otro de los elementos distintivos del sonido de la banda. Nuevamente el silencio es el factor fundamental ya que, al igual que el resto de los instrumentos, la percusión se encarga de aparecer y desaparecer de acuerdo a la necesidad de las canciones.

Todo se termina de complementar con las voces de ambos cantantes, las cuales desde lugares completamente diferentes en términos de estilo logran una conjunción más que interesante. A pesar de tener registros disímiles (más allá de la diferencia básica entre lo masculino y lo femenino) comparten una misma motivación, suenan igualmente cansados y despreocupados, casi resignados. Lo importante es que logran transmitir un estado ánimo que se complementa de manera perfecta con el espíritu que se desprende del costado instrumental. Terminan de dar forma a un todo absolutamente coherente.

Es posible ver, entonces, como la música todavía puede pensarse de manera singular, como una construcción quizás no única pero sí distintiva. No se trata de resignarse a un bloque discursivo que impone ciertas consideraciones respecto a la idea de novedad como una posibilidad trunca en términos que no sean los de la “evolución”. The XX es sólo una prueba más de la posibilidad de encontrar grietas en las que pueda florecer todavía un pensamiento particular que implique, a su vez, una producción propia y no apropiada. En este punto es necesario empezar a ver aquello que, a partir de un corte abrupto, deja de ser previsible para pasar a ser enteramente nuevo.

Juan Manuel Pairone

12 comentarios:

Esquimal dijo...

Muy buena crítica!
Saludos.

TAN dijo...

Muy buena! La verdad no conozco a la banda pero sí conozco la sensación de la que se habla...la música que no innova, que es clasificable y categorizable en géneros ya preestablecidos y que parecen inmutables...está bueno a veces escuchar cosas que se salgan de los parámetros y que a la vez nos saquen de las casillas.
Gracias por el link, voy a buscar canción para mi próximo textito! Besos

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

cuando este aburrido o tenga ganas de shorar (?), voy a leer tus firmas en mi blog porque son de lo más divertido.

Dani. dijo...

Si, yo estuve medio adicta a esa canción ultimamente. Gracias por pasar (: ¡Saludos!

Santi dijo...

escribis cada vez mejor

Lucila dijo...

angenot!! que comentario belgranense jiji...
hermosa nota pai, muy bueno...y me gusta la gente que produce sus discos... "singularidad", como vos decis!.. besos lindo juanma

maggie may dijo...

no conozco la banda,pero por lo que decis suena que me va a a gustar,algo asi como original. Amo la música que va mas allá de todooo y y y no sé si me la recomendas pruebo(?)

La Fali dijo...

Me enamoré de este disco!! ya rayé el archivo de tanto escucharlo jaja! querido pai cada vez me gusta más como escribís, siempre que leo el blog estoy desde mi casa asintiéndole al monitor jajaja, excelente aporte me encantó me encantó me encantó! y ya dejo de escribir que me da vergüenza besos!

lala ~ dijo...

la fali se está armando una super bibloteca mental indie. va a ser la ben gibbard de córdoba (?).

me voy a bajar el disco porque parece que está bueno. igual yo escuché un tema en tu casa y no fue para tanto, pero tenés el don de embellecer cosas simples. mah sé, download (?).

txarls dijo...

Excelentísimo blog,Pai! das muchos detalles e información sobre los discos y se nota que disfrutas de ellos.Un lujo leerte.Me he tomado la licencia de poner un link de tú blog en el mío,espero que no te moleste.Muchas gracias por comentar en mi blog y por el último de The Dodos,en la primera escucha me ha cautivado,tenías toda la razón,es muy bueno.Un descubrimientos The XX,también.
Saludos desde Barcelona!

l ü dijo...

"Base electrónica monolítica, teclado/pincel, guitarra cargada de reverb y bajo como sostén principal ocupan su lugar sin pretensiones de grandeza" vcr es mi preferida del disco, y esta es mi parte preferida de la critica.
Comos nenes bien que somos(?)yo también tengo un deber moral y es el de comentar y agradecerte por este disco