Paso a paso (tras paso)

Bien. De a poco esto aprece encontrar un sentido propio, y no precisamente gracias a mí. Son exactamente las cuatro de la mañana cuando vuelvo de laburar para la revista. Estoy un tanto cansado pero, como ya le dije a Lucio en nuestro viaje compartido, el llegar a mi casa me despierta de una manera única. Siento que todo el sueño acumulado en ninguna parte desaparece instantáneamente, de repente hay algo más que requiere mi atención, lo que sea, pero no el sueño. Es por eso que el blog se aparece como la solución más rápida y eficaz a mis inquietudes de madrugada, y lo mejor es que de a poco empieza a convertirse en lo que quiero, aunque en realidad no sé muy bien en qué quiero que se convierta. Seguramente ese es un interrogante que pasaré a despejar de ahora en más. O no. Igualmente ya es hora de dormir para mi, mañana es un día como cualquier otro y tengo que estar lo suficientemente despierto como para ver de qué se trata.