Volver, como siempre

Play. Acaba de empezar Clinic. Desconozco en verdad de lo que me espera, sé de algunas reseñas y no mucho más, otra de las sorpresas a las cuales estoy dispuesto a abrazar en mi escucha casi indiscrimianda durante estos días. Todo lo vale y todo puede ser aquello que he estado soñando durante toda mi vida (y mi existencia inconsciente). No importa mucho ahora. Pasó más de una semana desde la última vez que escribí acá. Desde entonces terminé un libro (Demian, de Hesse) y empezé otro (Efecto Beethoven, de Diego Fischerman): ya puedo decirlo abiertamente, recuperé mi hábito de lectura y eso, en verdad, es algo que me genera cierta satisfacción. Sí, volví a leer con el gusto de otras épocas. Es cierto, nunca dejé de lado tamaño placer, sin embargo, durante los últimos meses, mi atención había estado concentrada en las temáticas de la comunicación social y demás derivados que integran la carrera en cuestión. A partir del quiebre que significaron mis primeras vacaciones como estudiante universitario, he decidido ocupar gran parte de mi tiempo (además de otros placeres cuasi divinos, o sea vos) leyendo aquello que me genera un cierto interés, o al menos simple curiosidad. De esta manera me encuentro en las puertas de un nuevo libro (ese mismo, el de Beethoven) y un novedoso campo se me ofrece como pocas veces. La música, fiel compañera de cada una de mis rutinas, nuevamente se entremezcla con mis intereses académicos y me regala nuevas páginas en las cuales aventurarme, al menos por unos días. No tengo otra salida. Es inevitable

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo estoy terminando mi librete de Pizarnik. Deberia dedicarme a terminar todos los libros que empece más que empezar con otros nuevos.
Felicidades chico desocupado.